17 de marzo de 2008

curioso...

Es curioso como una mirada puede llegar a ser tan potente... como puede hacer que unos cimientos aparentemente sólidos se tambaleen...
Es curioso también, como se contradice el ser humano... Ante el mismo estímulo, dos visiones totalmente antágonicas: la distancia patente que te reafirma en tu postura, y el sentimiento de añorar y desear lo que tienes delante...
Hay que ver...
Es curioso también como, contra todo pronóstico, el camino se te hace de pronto más duro cuando ya llevas un trecho recorrido y se supone que ya tienes las piernas calientes de caminar y has pasado el primer umbral del dolor. Nada que ver. Al menos en mi. Al comenzar parace que no soy consciente de a lo que me enfrento y voy como si paseara viendo escaparates. De pronto, veo lo que he caminado, lo que he dejado en el camino, lo que me queda por recorrer... y flipo. También es verdad que ésta es una época especial en la que me puedo permitir parar en una fuente o banco del camino y observar, pensar. Y además, me encuentro como un albino en la playa... estoy continuamente expuesta al sol, a sus rayos, o más bien a su ausencia, cuando todo a mi al rededor le llama, le sugiere.


Poquito a poco...

A ver si me fugo aunque sea un par de días a ver el mar... Siempre me sentó bien la playa, el mar, el océano... Parece que allí se te amueblara la cabeza inconscientemente

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