definitivamente, uno puede ser su peor enemigo...
Qué poco nos cuesta construir mazmorras y cavernas de carbón en nuestra mente, con lo bonitos que son los castillos, los paraísos, aunque también sean efímeros como los de papel.
Y como casi siempre, la respuesta es lo que no se nos pasó por la cabeza...
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario